martes, noviembre 21, 2006

El poder de la oración

Una vez tuve un novio bastante vagabundo, mujeriego y cuentista. Pues sucede que el bárbaro embarazó no a una, sino a dos mujeres teniendo amores conmigo. La primera me lo informó él, me dijo que pasó antes de nosotros estar juntos, pero la segunda me llamó la misma muchacha desde una clínica en la que se iba a hacer un aborto. El me pidía que no lo dejara y que tomara en cuenta las circunstancias de cómo habían ocurrido las cosas. Entonces le puse como condición que hiciéramos un retiro de novios que me habían recomendado en la iglesia Santísima Trinidad.

Esta iglesia es excelente porque está muy dirigida a los jóvenes. Las canciones tienen unos arreglos muy modernos y hacen mucha labor comunitaria. En fin, hicimos el retiro y quedamos en una comunidad de novios en la que nos reuníamos una vez a la semana con todas las parejas con las que hicimos el retiro. Fue mi primera experiencia como miembro de una comunicad católica. Ahí aprendí a orar, es decir, iniciar la oración alabando a Dios, después agradeciéndole y finalmente pidiéndole lo que necesitaba para mí o para otros. Algo como esto:

Bendito seas señor, alabado y adorado padre, grande eres entre nosotros. Gracias por las bendiciones que derramas sobre mí. Gracias por protegerme a mí y a mi familia, y por los regalos que día a día nos das. Gracias por el pan y por el techo. Desborda tu gracia sobre nosotros. Permite que tengamos paz en nuestro hogar y en nuestro trabajo. Te pido mi señor que permitas que mi hermana finalice su proceso de residencia. Permite que nuestra empresa floresca si está dentro de tu plan divino para nosotros. Cuida a mis hijos, dale salud y protégelos siempre. Amén.

También aprendí a leer la Biblia, a tener fé en que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y que debemos dejar que el cumpla su voluntad porque hay un motivo para todo.

Las andanzas de mi novio continuaban por lo que oré fervientemente a Dios para que si él realmente no me convenía se alejara tranquilamente y yo también lo aceptara en paz. Y así fue. Un día me dijo que iba para el interior a visitar una tía y yo descubrí que era mentira por lo que le exigí que me comprobara que estaba donde me dijo, lo cual no pudo y p’al carajo finalmente. Y tal como lo pedí en mis oraciones me quedé en paz.

Luego de esto estuve sola durante un tiempo y finalmente sentía que ya necesitaba una pareja, por lo que oré por un hombre que me quisiera, que fuera leal, que siempre estuviera conmigo, trabajador y ambicioso. Y así de la nada, el Bebo me llamó para invitarme a salir. Lo había conocido hacía muchos años y siempre nos habíamos gustado. Y hasta el día de hoy estamos juntos y tiene todas las cualidades que pedía en mis oraciones.

Otro testimonio del poder de la oración lo tengo en el ámbito laboral. Yo tenía 9 años trabajando en la misma empresa y me sentía estancada. Se habían dado varias reestructuraciones en menos de un año, tiempo en el cual había tenido ya tres jefes diferentes. En mis oraciones pedía un cambio, necesitaba aprender otras cosas, cambiar de ambiente, probarme que yo podía hacer algo más. Pues debido a otra reestructuración sacaron 300 empleados de la empresa entre las que me encontraba yo. Al mes estaba trabajando en la competencia como Gerente de Producto donde pude aprender lo que ahora sé de publicidad y mercadeo, y donde conocí gente muy valiosa quienes me enseñaron a ser una mejor profesional y ahora me sirven de ejemplo.

Una persona escéptica puede pensar que todo esto fue coincidencia, pero yo estoy totalmente convencida de que estos acontecimientos y otros más que me han pasado, no fueron una casualidad. Es decir, no creo que Dios sea un señor con barba blanca que vive en el cielo. Mi conclusión de esta experiencia y de lo que aprendí de mi padre que es Rosacruz, es que Dios es una energía que vive en cada uno de nosotros, que hay que cultivarla y creer en ella para poder sentir su presencia.

Otra cosa que aprendí en la iglesia es que hay que dar testimonio de las acciones de Dios en nuestra vida por lo que siempre que tengo la oportunidad hago estas historias. Espero les sirva de algo a ustedes.

5 comentarios:

Rosanna Carrasco dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que hay que dar testmonio de las cosas que Dios hace en nuestras vidas. Yo también pertenezco a una Comunidad de la Santísima, esta es de parejas casadas y te diré que desde que mi esposo y yo comenzamos a asitir primero a unas charlas para parejas, luego a un retiro y finalmente a formar parte de una comunidad, nuestras vidas han dado un giro de 360 grados. Hemos crecido como pareja, nuestra familia se ha unido más, en fin, son innumerables las bendiciones que hemos recibido. Me atrevo a hacerte la invitación a tí y a tu pareja, si no lo han hecho, a tomar estas charlas, son excelentes!
;-)

BB dijo...

Tienes mucha razón, Dios está a nuestro lado y nos encamina por el sendero correcto aunque a veces no entendamos bien porque pasan a algunas cosas, siempre, pero siempre God knows best!

Abrazos!

Anónimo dijo...

Gracias por compartir esta maravillosa experiencia con nosotros. Justamente le iba a preguntar a Rosannita acerca de esto. Muchas bendiciones para ti y tu familia.

Principemestizo dijo...

creo mucho en la fe y en el poder de la oracion!

Blanca dijo...

Totalmente de acuerdo, el hecho de poder estar en comunión con Dios -o como se quiera llamar- atrae las buenas vibras hacia nosotros. No importa la religión lo importante es tener fe en algo que esta mas alla del entendimiento humano y vivir en paz y armonia con todo lo que nos rodea.